Iglesia de san Francisco de La Paz


La obra más importante de La Paz, capital de Bolivia, es la iglesia de San Francisco, comenzada a mediados del siglo XVIII en reemplazo de una antigua iglesia del siglo XVI, pues los primeros intentos de alzar un templo se remontan a 1549.

Se desconoce el arquitecto de tal monumento que merece ocupar indudablemente un lugar destacado dentro de la arquitectura religiosa del XVIII, y sólo se sabe que el actual edificio se comenzó en 1744 gracias a los aportes de Diego Baena, un minero descubridor de un valioso yacimiento en el río Orco, que fue en realidad el gran impulsador para la realización y finalización del edificio.

La Iglesia y el convento de San Francisco están entre los conjuntos arquitectónicos coloniales más grandes que existen actualmente en las ciudades iberoamericanas.

El interior de la Iglesia presenta una planta de tres naves. La austera desnudez de sus muros interiores contrasta con las obras artísticas que alberga, notables retablos, que se convierten prácticamente en la única decoración de la iglesia.Hay quienes consideran que lo más significativo que tiene es su interior es el púlpito, tratado con pan de oro.

El rico trabajo esculpido de su entrada principal es digno de elogio y admiración. La fachada, construida hacia 1790, destaca por su extensa decoración, que casi no deja ningún resquicio vacío. Se le ha clasificado como ejemplo de fachada-retablo.

Se sitúan dos hornacinas en el cuerpo bajo, y una central en la parte superior destinada a la imagen del santo titular. La decoran ocho grandes columnas salomónicas distribuidas por igual en la parte alta y baja. Las inferiores descansan sobre cabezas monstruosas, que parecen la imagen de un sátiro. Estas figuras representan el submundo de lo monstruoso y del mal. En las enjutas hay cabezas de delfines y en la parte alta sirenas enlazadas por la cintura.

En cambio, las portadas laterales presentan rostros de indios, con la cabeza tocada con vincha y plumas.

La Fraternidad Franciscana del Convento de San Francisco convirtió parte de la infraestructura en un centro cultural, y a más de cuatro siglos después de finalizada su construcción decidió abrir al mundo los secretos del convento.

El restaurado Centro Cultural - Museo San Francisco tiene el sabor de un pasado de historia, de arte y de cultura. El Convento fue construido el año 1578 con la llegada de los franciscanos a la ciudad. Es un museo vivo de lo que fue la sociedad religiosa española durante la colonia.

Sus "tesoros" están repartidos en salas que albergan unas mil piezas patrimoniales que fueron restauradas para mantener su originalidad y así mostrar la obra de las misiones franciscanas.

Con los trabajos de restauración se ha mantenido la originalidad de los lienzos religiosos, los utensilios de platería, los muebles coloniales y las habitaciones de los primeros misioneros que se asentaron en las márgenes del Choque Yapú, en Chuquiago Marka, antes de la fundación de Nuestra Señora de La Paz.

"A través de lo que es el patrimonio no solo queremos reflejar las cosas antiguas, sino mostrar también el trabajo de la evangelización durante la colonia", señala el padre Francisco Cuevas Castillo, uno de los impulsores de la restauración del templo.

Y es que la evangelización fue uno de los grandes acontecimientos del siglo XVI.

La capacidad racional de los indígenas y el derecho para recibir los sacramentos, tener libertad e instrucción fueron reconocidos por la bula Sublimis Deus, expedida en 1537 por el papa Paulo III.

Los primeros misioneros fueron los franciscanos. La fundación de pueblos y misiones trajo consigo el surgimiento de escuelas, monasterios y parroquias.


http://www.historiadelarte.us/arquitectura-colonial/iglesia-de-san-francisco.html
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